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martes, 24 de febrero de 2015

Operación "Escudo del Desierto"

El 2 de agosto de 1990, Kuwait fue invadido por el ejército de Irak. Las razones eran meramente económicas; el gobierno de Saddam Hussein buscaba recursos para la reconstrucción del país, así como eliminar la altísima deuda que mantenía con Kuwait.
Saddam Hussein
Al amanecer de ese día, las tropas iraquíes cruzaron la frontera de Kuwait con vehículos armados e infantería, ocupando puestos y puntos estratégicos en todo el país, incluyendo el Palacio del Emir. Este movimiento se había planeado con todo cuidado para evitar serias sospechas de servicios de inteligencia de occidente y kuwaitíes. Previo al ataque, los iraquíes comenzaron a moverse desde Basora hacia Kuwait, levantaron grandes campamentos de municiones y logísticos, pero llevando a cabo medidas de engaño, para ello mandaron importantes órdenes por tierra y evitaron el desplazamiento de depósitos de municiones. Esto complicaría más tarde, al lanzarse al ataque, a las unidades blindadas que no pertenecían a la Guardia Republicana Iraquí, que a diferencia de estas últimas, no iban completamente preparadas para el combate. El ejército de Kuwait fue rápidamente vencido, aunque lograron dar el tiempo necesario para que la mayoría de las fuerzas aéreas de aquel país lograsen huir a Arabia Saudita. La lucha más difícil se desarrolló en el Palacio del Emir y los aledaños del cuartel general de la fuerza aérea de Kuwait, donde los miembros de la guardia real lucharon a favor de que la familia real tuviera tiempo de escapar. El más joven de los hermanastros de la familia Jabir, el jeque Sheikh Fadh, militar de carrera y quien comandaba la guardia (entrenada por miembros del SAS británico), estuvo en el grupo de aquellos que murieron. Las tropas saquearon reservas alimenticias y médicas, detuvieron a miles de civiles y tomaron el control de los medios. Una vez consolidada la victoria, comenzaron a llegar a Kuwait City, los temidos “Mukhabarat”, la policía secreta iraquí. Irak detuvo a miles de turistas occidentales como rehenes para después intentar usarlos como escudo para las negociaciones. Después de que un breve gobierno títere liderado por Saddam Hussein fuese instalado, Iraq anexó Kuwait. Hussein instaló entonces un nuevo gobernador provincial, describiendo lo acaecido como la “liberación” del pueblo de las manos del Emir; esto fue usado principalmente como propaganda de guerra. Aun así, la victoria no fue completa para Saddam. Por todos lados surgieron grupos de resistencia armada liderados por oficiales del ejército kuwaití, que se quedaron a luchar y entrenar civiles con armas del ejército y de la policía.

George Bush
La reacción de la comunidad internacional, en contra de lo que Sadam Husein esperaba, fue fulminante. A las pocas horas de la invasión, George Bush padre impuso el embargo económico: los bienes kuwaitíes e iraquíes en entidades estadounidenses fueron bloqueados. La resolución 661 de la ONU -6 de agosto- decretó el bloqueo del país. Sadam, envalentonado ante la condena casi unánime (sólo Yemen se abstuvo en la reunión del Consejo de Seguridad), proclamó formalmente la anexión de Kuwait el 8 de agosto de 1990. Además, llevó a los rehenes occidentales capturados en la ofensiva a sus plantas de armas químicas, biológicas y de experimentación nuclear para usarlos como 'escudos humanos', y se apresuró a firmar la paz definitiva con Irán, puesto que hasta entonces ambos países sólo habían cesado las hostilidades mediante un alto el fuego

Mientras sus tropas eran agrupadas en Arabia Saudita, el gobierno norteamericano gestionaba una resolución de la ONU que autorizara el uso de la fuerza con vistas a expulsar a Irak de Kuwait. Gracias al esfuerzo diplomático, la Liga Árabe apoyó la intervención de una fuerza panárabe liderada por Arabia Saudita.

Al mismo tiempo, el general Norman Schwarzkopf, comandante del Comando Central de EE.UU. (CENTCOM), unidad conjunta de teatro dependiente del Comando de las Fuerzas Armadas con área jurisdiccional sobre Oriente Medio, África del Este y Asia Central, asumió el mando supremo de las fuerzas de la coalición, presentando las opciones militares, tras considerar qué tropas estaban disponibles, cuánto tiempo tardarían en ser desplegadas en la zona, así como las necesidades logísticas que se presentarían. Se dio inicio así a la operación “Escudo del Desierto”.


En tanto, Irak mantenía e incrementaba su despliegue estratégico, con 22 divisiones de Infantería, 6 divisiones de Infantería mecanizada, 9 divisiones blindadas y 4 divisiones de la Guardia Republicana. En total, 41 divisiones con alrededor de 1.000.000 de hombres.

Mientras esto sucedía, el general Schwarzkopf ajustaba el plan estratégico, considerando una operación de envolvimiento a uno de los flancos del dispositivo iraquí, a fin de cortar la retirada hacia el oeste de las tropas de la Guardia Republicana que se encontraban en la profundidad del dispositivo.

La operación, bautizada como “Tormenta del Desierto”, tendría dos fases estratégicas claramente diferenciadas:

1.- Fase preparatoria, llevada a cabo del 16 de enero al 23 de febrero de 1991, la cual consideró, en lo general, lo siguiente: 
  • En lo naval, buscó el aislamiento marítimo del teatro de operaciones para ejercer el dominio del mar en toda el área.
  • En lo aéreo, buscó obtener el control del aire, la destrucción de centros de mando y control, como asimismo la destrucción de instalaciones y fábricas de armas químicas, biológicas y (supuestamente) nucleares, conjuntamente con el resto de la industria militar en todo el territorio de Irak, destrucción de las defensas antiaéreas, de la aviación de combate y de las pistas aéreas, destrucción de las líneas de abastecimiento y las vías de comunicación desde Irak hacia el teatro de operaciones de Kuwait, a fin de incomunicar a las tropas en el área.
  • En lo terrestre, concluir el proceso de agrupamiento de las fuerzas aliadas, realizar el despliegue estratégico sin delatar el dispositivo y quedar en condiciones de iniciar la aproximación estratégica a la batalla.
2.- La fase ofensiva terrestre, llevada a cabo del 24 al 27 de febrero de 1991, consideró movimientos y acciones de las primeras unidades en la aproximación estratégica, con la intención de configurar una situación ventajosa para obtener la decisión y la realización de sucesivas batallas, la parte más importante de toda maniobra estratégica, buscando modificar la situación estratégica que permitiera la destrucción de las fuerzas adversarias

La operación comenzó el día 16 de enero de 1991, con una coordinada y efectiva ofensiva aérea de gran poder destructivo, en donde la precisión de impacto en los blancos fue lo más notable.

Dos días más tarde, la estrategia de Saddam Husein se hacía clara: tras anunciar el inicio de «la madre de todas las batallas», los primeros misiles Scud cayeron sobre Tel Aviv. Irak deseaba que Israel participara activamente en la guerra del lado aliado. Sólo la presión diplomática de EEUU logró que el gobierno de Isaac Shamir no se implicara. 39 misiles Scud, que causaron numerosos daños pero pocas bajas, cayeron sobre Israel antes del fin de las hostilidades.

Plataforma móvil de lanzamiento y misil Scud
Por otra parte, Sadam pensaba que las opiniones públicas occidentales no aguantarían un número alto de bajas aliadas, por lo que intentó presionar a la coalición internacional para que la ofensiva terrestre comenzara antes de que su propio ejército estuviera desbaratado por los bombardeos. Así, en primer lugar incendió varias instalaciones petrolíferas en Kuwait, y a continuación emprendió algunas operaciones audaces, como la toma de Jafji, una población abandonada en territorio saudí.

El bombardeo aliado sobre Irak duró seis semanas. En total, se realizaron 116.000 misiones en las que se usaron 85.000 toneladas de bombas. Sus objetivos iniciales eran las bases de radares y comunicaciones y las baterías antiaéreas. Los siguientes fueron los aeródromos, los centros de mando, las concentraciones de tropas en la frontera entre Irak y Arabia Saudí, las refinerías y las instalaciones de investigación de armamento de destrucción masiva. En Bagdad, tanto el palacio presidencial como los cuarteles generales del partido Baas y de la Guardia Republicana, así como ministerios y centrales eléctricas, fueron arrasados.

Gral. N. Schwarkopf
Las fuentes de información que utilizó el cuartel general del general Schwarzkopf consideraron el reconocimiento del territorio con satélites de observación y aviones de reconocimiento con y sin tripulantes, así como las redes de espionaje de los países integrantes de la coalición. Esto permitió identificar objetivos específicos con equipos de operaciones especiales, tales como unidades Ranger, equipos Delta, Unidades de Fuerzas Especiales, SAS Británicos (Special Air Service), equipos SEAL`s y comandos franceses. 

El día 29 de enero, la V División de Infantería Mecanizada de Irak penetró en Arabia Saudita por un sector costero, ocupando la desierta ciudad de Jafyi a solo 10 km de la frontera con Kuwait. Con esta acción de fuerza, el ejército irakí pretendía ganar la iniciativa, forzando el comienzo adelantado de la ofensiva terrestre de las fuerzas de la colación y así entrar en combate antes de que estuviesen completamente preparados. Sin embargo, dos días después, tras solo doce horas de combate, fuerzas de Arabia Saudita y Qatar, apoyadas por medios de la 2ª División de Infantería de Marina acantonada en el sector, recuperaron la ciudad, convirtiéndose en la primera confrontación terrestre de envergadura.

Así fue como después de los últimos intentos de resolver el conflicto por vía diplomática, tanto por parte de la URSS como de los EE.UU. y la ONU, los aliados emprendieron lo que sería la última batalla del siglo con estrategias y tácticas convencionales, pero provistos de los más avanzados medios de combate.

El domingo 24 de febrero de 1991 se dio comienzo a la campaña terrestre denominada “Operation Desert Sabre” con la ofensiva del mayor y mejor ejercito aliado organizado después de la II Guerra Mundial, con aproximadamente 650.000 hombres en contra del ejército de Irak que contaba con aproximadamente 1.000.000 de hombres. En esta ofensiva estaba por mostrarse al mundo la capacidad de lo que se llamó “The Big Five” que no eran otros que el tanque M1A1 Abrams, el helicóptero UH 60 Black hawk, el helicóptero AH 64 Apache, el carro blindado transporte de personal Bradley y el misil antiaéreo Patriot.

helicóptero AH 64 Apache,
Misiles "Patriot"
Los ataques de la coalición empezaron por el frente este costero, a cargo de las fuerzas de infantería de marina y las divisiones panárabes, con el objetivo de “amarrar” el máximo de fuerzas iraquíes en ese sector, mientras en el extremo oeste del teatro de operaciones, el XVIII Cuerpo Aerotransportado empezaba un profundo envolvimiento a espaldas del dispositivo, a fin de alcanzar el río Eufrates y cortar la retirada del adversario. Esto se realizó mediante la combinación de unas rápidas y hábiles operaciones helitransportadas, con exitosos y profundos ataques de fuerzas de infantería mecanizada.

Por el centro del dispositivo, un potente VII Cuerpo Acorazado irrumpió a fin de atacar el flanco del dispositivo y enfrentar a las fuerzas blindadas iraquíes, especialmente las correspondientes a la Guardia Republicana, dándose grandes y rápidas batallas de tanques.

En la tarde del 28 de febrero de 1991, el Pdte. Bush anunció el cese de las operaciones y el término de la guerra, después de 6 semanas de empezada la operación “Tormenta del Desierto” y de 100 horas de iniciada la arrolladora campaña terrestre.

Sadam Hussein fue expulsado de Kuwait dejando atrás un país destruido y con numerosos pozos petrolíferos ardiendo en incendios que tardaron meses en extinguirse. Además se firmó un tratado de paz que obligaba a Iraq a destruir toda arma de destrucción masiva con la que contaran, ya fuera química o biológica. Las Naciones Unidas decidieron enviar inspectores periódicamente para revisar si tal destrucción se había cumplido o no. Por último, debido a un embargo, Iraq quedaba impedido de realizar transacciones de compra o venta de petróleo o armas con los mercados internacionales hasta que las Naciones Unidas decidieran que se habían llevado a cabo todos los requerimientos del tratado de paz.

607 pozos petroleros arden sin control tras ser detonados por las tropas de Ira
Las bajas sufridas en la guerra se estiman en:
  • ESTADOS UNIDOS: 355 muertos (148 en combate y 207 no-combate), 496 heridos (más 2,978 heridos no-combate)
  • GRAN BRETAÑA: 47 muertos y 43 heridos
  • FRANCIA: 2 muertos, 25 heridos
  • EGIPTO: 14 muertos, 120 heridos
  • KUWAIT: El número no está bien definido; pero se estima que alrededor de 500 a 1,000 entre civiles y militares fueron muertos o heridos durante la ocupación Iraquí
  • IRAK: Se estima que resultaron entre 60,000 a 100,000 muertos y/o heridos en acción, además entre 2,000 y 3,000 civiles fueron muertos a consecuencia de la guerra.
El conflicto de Irak marca un importante cambio en la historia sobre cómo contar una guerra. Y es que el conflicto fue seguido, minuto a minuto, en directo, gracias al trabajo de la cadena 'CNN'. La aplastante fuerza visual de las imágenes sustituyó a las palabras escritas.


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