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sábado, 7 de noviembre de 2015

Cine e Historia - "El Puente sobre el Río Kwai"

El cine nos ha mostrado en varias ocasiones historias sobre los prisioneros de guerra durante la II Guerra Mundial, míticas películas que han convertido en legendarios a varios de sus protagonistas, pero en algunas ocasiones la verdadera historia estaba bastante alejada de la realidad.


El “Puente 277″ saltó a la fama gracias a la novela de Pierre Boulle publicada en 1952 con el nombre de “El Puente sobre el río Kwai” y, sobre todo, a la película homónima de 1957, filmada en Sri Lanka, ganadora de 7 Oscar. Pierre Boulle (autor también de “El Planeta de los Simios”) había sido un ingeniero del ejército francés capturado en Singapur durante la II Guerra Mundial. Su experiencia de 2 años de trabajos forzosos y los testimonios de oficiales franceses a los que conoció sirvieron como base para su novela, pero los personajes y el argumento principal son ficticios. De hecho, hubo en realidad dos puentes en la zona: uno de madera y otro de acero. Ambos fueron destruidos en bombardeos durante la guerra y reconstruidos en poco tiempo, pero el de madera se perdió finalmente para siempre, quedando sólo el de metal. En la década posterior a la guerra, la línea del Tren de la Muerte fue reconstruida parcialmente y aún hoy sigue activa desde Bangkok hasta Nam Tok (210km).

La película “El puente sobre el río Kwai“ fue una producción británica-estadounidense de 1957 que dirigió David Lean, cuyo guión lo adaptaron Carl Foreman y Michael Wilson a partir de la novela escrita en 1953 por Pierre Boulle con el mismo nombre. Estaba basada en unos hechos reales, aunque no del todo ciertos, acontecidos en el campo de concentración de Tamarkan.

El cine, una vez más, a través de una de esas grandes películas clásicas consagró e hizo conocida por todos la historia del puente sobre el río Kwai. La película, que se llevó siete estatuillas de los Oscar, es un clásico del cine.

La película trata sobre la complicada situación de los prisioneros de guerra británicos durante la Segunda Guerra Mundial . Los prisioneros británicos deben construir por orden de los japoneses un puente sobre el río Kwai, en Tailandia, para que pase el ferrocarril desde Birmania hacia Siam. Al principio su instinto es sabotear el puente, pero, la construcción está bajo la dirección del coronel Nicholson (Alec Guinness), un ingeniero y el oficial más antiguo al mando de los prisioneros. Después de conseguir su propósito de alejar de los trabajos manuales a los oficiales no sin cierta dificultad, presta una colaboración a los japoneses en la construcción del puente  que podría considerarse traición. Él está convencido -y convence a los demás prisioneros- de que el puente debe ser construido como un símbolo de la moral británica, el espíritu y la dignidad ante las circunstancias adversas en las que se encuentran. Al principio, los prisioneros admiran al coronel Nicholson cuando es liberado tras ser encerrado por los japoneses por negarse a construir el puente en lugar de comprometer sus principios para el beneficio del comandante japonés Saito (Sessue Hayakawa). Los aliados han enviado una misión a la selva, dirigida por el mayor Warden (Jack Hawkins), cuyo objetivo es volar el puente que han construido los prisioneros británicos antes de que pase el primer tren por él.

Coronel Saito (Sessue Hayakawa)        Coronel Nicholson (Alec Guinness)   

Pero si la película se basó en una novela, la novela parte de una historia real, ocurrida en Birmania durante la Segunda Guerra Mundial. El puente sobre el río Kwai fue construido realmente por prisioneros aliados, principalmente ingleses, holandeses y australianos. El puente formaba parte de una línea de ferrocarril de más de 400 kilómetros de longitud, que fue construida en menos de año y medio entre 1942 y 1943. Es obvio que la mano de obra “esclava” de los soldados de guerra fue una buena ayuda para conseguir su construcción en este tiempo, a pesar del terreno.

68.000 prisioneros de guerra ayudaron a 200.000 obreros en el proyecto, y la construcción de toda la vía férrea se llevó la vida de 18.000 de los primeros y 78.000 de los segundos. Impresionantes números. Sólo la construcción del puente costó 200 vidas a los prisioneros de guerra. Y estas 200 muertes perdieron el poco sentido que tenían cuando en 1945 la aviación norteamericana acabó con el puente, que fue reconstruido después de la guerra.

Kanchanaburi War Cemetery
Son muchos los viajeros que se acercan desde Bangkok hasta Kanchanaburi (Tailandia) para conocer el famoso “Puente sobre el Río Kwai“. Sin embargo, no tantos se molestan en investigar un poco sobre la verdadera historia del puente y la construcción del Ferrocarril de Birmania. A continuación hacemos un breve repaso a este dramático episodio de la II Guerra Mundial.

El coronel británico Nicholson, interpretado por Alec Guinness en la película, está inspirado en un personaje real llamado Philip Tossey. Pero lo que vemos en la película tampoco es fiel a la realidad. Tossey aceptó el encargo y simuló trabajar duro en el puente, pero realmente trató de sabotearlo a través de varios métodos.

Phililip Toosey, como oficial del ejército inglés, siempre antepuso la supervivencia de sus hombres antes que la suya propia y fue todo un ejemplo de motivación y liderazgo.

No era ingeniero, y aunque había desarrollado una prometedora carrera en el mundo de la banca y el comercio, en 1927 se alistó en el ejército como reservista con el grado de teniente segundo. En 1939 llamaron a su unidad al servicio activo cuando la guerra estalló en Europa donde sirvió brevemente en Francia. Pronto lo trasladarían al Pacifico para defender la invasión japonesa a la península de Malaya y Singapur. Toosey había ascendido a teniente coronel y estaba al frente del regimiento 135 de la División Dieciocho y aunque sus hombres y él lucharon notablemente durante esta campaña, las fuerzas inglesas fueron obligadas a retirarse y a regresar a Singapur.

Cuando los ingleses se dieron cuenta que la rendición era inevitable se le ordenó abandonar a sus hombres para preservar a un hombre de su experiencia, pero él se negó hacerlo.“Respondí que como oficial artillero había leído el Manual de Entrenamiento de Artillería, Volumen II, que dice claramente que en cualquier retirada, el oficial a cargo es el último en salir

Él sabía el efecto negativo que tendría en la moral de sus hombres si los abandonaba, por lo que permaneció con ellos y cuando en Febrero de 1942 las fuerzas aliadas se rindieron a los japoneses en Singapur, Toosey se convirtió en prisionero de guerra junto a sus hombres y fue trasladado al campo de prisioneros de guerra de Tamarkan (Tailandia), a orillas del rio Kwea Yai donde los japoneses le asignaron el trabajo de construir dos puentes, uno de madera y otro de hierro, dentro de la línea de ferrocarril que estaban proyectando entre Bangkok y Rangún en Birmania con el objetivo de invadir la India.

Si en un principio se negó a cumplir con las órdenes de sus captores alegando que el Tratado de 1907 ratificado por los japoneses, prohibía a los oficiales  prisioneros de guerra ejecutar trabajos para ayudar al enemigo, pronto recapacitó al evaluar que lo importante no era si las tropas llevarían o no a cabo el trabajo, sino cuántos de sus hombres podrían morir en el campamento, por lo que convenció a los suyos para que trabajaran en los puentes. Los prisioneros no los proyectaron, los japoneses tenían sus propios ingenieros, por lo que los prisioneros británicos, australianos y neozelandeses aunque los construyeron, nunca renunciaron a boicotearlos, recogían termitas y las introducían en la madera del puente así como mezclaban barro con el cemento para debilitar los cimientos.

Todos los días Toosey ponía en riesgo su vida con el fin de que a sus hombres les aumentaran sus raciones de comida, se estableciera un horario regular de trabajo en el campamento y que cada semana tuvieran un día de descanso, al final su persistencia tuvo su recompensa no sin sufrir con frecuencia castigos al sol y maltratos físicos, pero consiguió que los japoneses mejoraran las condiciones de vida de los prisioneros aliados y durante los diez meses que duraron los trabajos de construcción de los dos puentes solo murieron nueve prisioneros.

El puente de madera se terminó en febrero de 1943 y el de hierro en Abril de ese mismo año pero estos puentes posteriormente fueron objetivo preferente de la aviación aliada y sufrieron numerosos ataques entre Diciembre de 1944 y Junio de 1945, de sus numerosas reconstrucciones se encargarían de nuevo los prisioneros del campamento.

Pero el desinterés de Philip Toosey no acabaría en Tamarkan, posteriormente como comandante se le encomendó dirigir el hospital de prisioneros de Tamarkan en él, hizo todo lo posible por seguir ayudando a sus hombres, a través del mercado negro obtenía medicinas, comida y otros artículos poniendo en riesgo una vez más su vida.

Al finalizar la guerra su primera preocupación fue encontrar a los hombres de su regimiento y asegurarse antes de viajar a Inglaterra de que estuvieran bien. Se tomó unas semanas de vacaciones, y luego regresó a su antiguo trabajo en el banco mercantil de Barings.


Para rematar esta curiosa visión de la realidad tras la película, diremos que el malvado coronel Saito de la película, existió realmente, pero su carácter era totalmente contrario a lo que muestra la película. Era culto y respetaba a los prisioneros. Cuando acabó la guerra, el coronel Saito fue juzgado por crímenes de guerra, y el coronel Tossey testificó en el juicio y sus opiniones positivas le salvaron de la horca. En agradecimiento, cuando Tossey falleció el 22 de diciembre de 1975, su antiguo captor viajó hasta Inglaterra para darle el último adiós.

El Puente sobre el Río Kwai (reconstruido en la década de los ’50) está situado en la ciudad de Kanchanaburi, a unos a 3 km del centro. Pierre Boulle nunca estuvo allí y cometió un error al calcular que el puente debía pasar sobre el río Khwae Noi (“Pequeño Tributario”). Sin embargo, el puente cruzaba en realidad el Mae Klong, un gran río del cual el Khwae Noi era afluente. La película dirigida por David Lean llevó tanto turismo a la zona que, en 1960, las autoridades locales decidieron rebautizar todo el tramo inicial del Mae Klong como Khwae Yai (“Gran Tributario”) para no decepcionar a los turistas. El Khwae Yai (o Kwai) se une unos pocos kilómetros más allá del puente con el Khwae Noi, justo en el centro de Kanchanaburi, y de ahí en adelante la unión de ambos sigue siendo el Mae Klong. 

En 1942 el ejército japonés invadió Birmania (actual Myanmar), hasta entonces colonia británica. Japón tomó el control del territorio con éxito, pero suministrar a sus tropas por mar a través del Estrecho de Andamán era una tarea demasiado ardua y peligrosa, así que idearon un plan para abastecer a su ejército por tierra: la construcción del Ferrocarril de Birmania, conocido popularmente como Ferrocarril de la Muerte. La línea de tren cubriría 415km entre Bangkok (Tailandia) y Rangún (Birmania). Se estima que unos 330.000 obreros participaron en las obras, que se finalizaron en un tiempo récord entre junio de 1942 y octubre de 1943. La gran mayoría de aquellos obreros eran civiles asiáticos (250.000) y prisioneros aliados (61.000) forzados a trabajar en penosas condiciones. Se calcula que unos 90.000 (16.000 de ellos aliados) fallecieron víctimas del esfuerzo, el hambre, los castigos o diversas enfermedades.

Los dos puentes fueron bombardeados exitosamente el 13 de febrero de 1945 por la Real Fuerza Aérea. Para el mes de abril, prisioneros de guerra repararon los puentes y esté volvió a operar. El 3 de abril una segunda ronda de bombarderos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos dañó el puente de madera una vez más. Los trabajos de reparaciones continuaron y ambos puentes fueron volvieron a funciona al final de mayo. Una segunda ronda de bombardeos por parte de la R.A.F. el 24 de junio destruyó el puente en forma permanente. Después de que los japoneses se rindieran, el ejército británico retiró 3.9 kilómetros de líneas en la frontera entre Taliandia y Birmania. Un estudio de las rieles demostró que su pobre construcción no soportaría tráfico comercial. Las rieles fueron vendidas a los Ferrocarriles de Tailandia y los 130 km en la sección entre Ban Pong y Namtok fue reconstruida y se encuentra en uso hoy en día

El puente, hoy

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